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 In La Crítica, Restaurantes

Silla caliente y buen decorado

Bueno, el restaurante es como la fábrica de sardinas de mi tío abuelo el gallego. Hay que ir a toda pastilla para que te salgan buenos números.

Apenas te acuerdas de lo que te han servido de primero y de inmediato, te retiran el plato unos eficientes camareros y te sirven el siguiente. Se trata de que al cabo de una hora y media exacta te levantes y dejes la mesa para el siguiente cliente. Es la política de la silla caliente. Hay que cumplir los tres turnos a rajatabla. La comida apenas cuenta o más bien, es un complemento, algo que se deja comer pero que no nos marcará a fuego la memoria.

El marco es “muy mono” como exigen los cánones en estos tiempos, bien decorado, pero los 3 turnos 3, de los fines de semana (mediodía y noche) no dejan lugar para florituras ni tertulias. Si le tienes que dar alguna sorpresa a la novia, mejor cuéntaselo en el primer plato no sea que no te dé tiempo después. Son platos muy pensados para que se coman con celeridad. Humus, tatakis, sushis, ceviches, carpaccios, tartares, casi todo, platos fríos, elaborados previamente y preparados para ser servidos al instante, más rápido que en Burguer King. Si tienen que hablar de un negocio, vaya al núcleo del asunto nada más servirles el vino, se lo aconsejo.

Yo he comido varias veces y tengo que decir que han mejorado la calidad de sus platos pre-elaborados: las Gyozas fritas, están sabrosas, el sushi bastante rico, aunque la causa limeña es una “deconstrucción” de la ensaladilla rusa y resulta bastante pesada. El humus con finas lonchas de berenjena aceptable, y el tartar de atún con mango y aguacate intrascendente pero no criticable. Como ven, todo platos fríos. Platos que se desvanecen en la memoria al franquear la salida del restaurante. Ni siquiera sé si tienen cocina en el interior, es como un lugar agradable donde el servicio de catering reparte platos preparados por las mesas.

Nuestra opinión del Restaurante:

No tienen carta, sino menú a 18,90 € a elegir entre varias opciones (bebida no incluida, ¡ni pan! Que cuesta 1,80€). Los postres incluidos en el menú, más de lo mismo. El mejor, el “pie” de limón con merengue. La carta de vinos es corta, pero si van a pedir blanco, recomiendo un sorprendente y acertadísimo macabeo: Bisila, de la Bodega Ladrón de Lunas. Les dejará buen sabor de boca.

Puntuación

2,5/5

Información del Restaurante:

Carrer de Salvà, 1

963 24 63 25

www.gruposaona.com/tagomago/

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