La bodega Toni Beneito elabora con variedades autóctonas
Chema Ferrer
El carácter hacendoso y emprendedor de Bocairent siempre fue reconocido por su actividad textil, pero este también abordaba históricamente otros campos, como el de la viticultura y dentro de ella, en los últimos siglos, la destilación y producción de aguardientes. La llegada de la filoxera a principios del siglo XX provocó que el cultivo de la vid quedara relegado y no ha sido hasta fechas recientes en las que se ha vuelto a poner en valor. La bodega Toni Beneito es un ejemplo de ello.
Sobre los cimientos de una antigua bodega fundada en 1880 y emplazada en la finca El Cabeçó, el bodeguero Toni Beneito erigió una nueva de hechuras modernas. Junto a ella buena parte de su viñedo, con variedades nativas como la bonicaire, monastrell o la tortosí, y a más de 800 metros sobre el nivel del mar. En ella se vienen elaborando desde 2020 vinos de autor, que añada a añada van incrementando el número de sus embotellados. Actualmente, se roturan nuevos viñedos con variedades como la garnacha tintorera, cabernet o la merlot, escogidos por el bodeguero para el diseño de los nuevos vinos.
El orange wine Alma Sana
Los vinos de la bodega están impregnados del carácter propio de los vinos mediterráneos, donde el sol y las temperaturas, las lluvias que rondan los 400 litros anuales y el terruño, suelen dar como resultado vinos intensos y maduros, de buena estructura y que nunca les falta una buena maduración. Entre ellos destaco aquí dos referencias de interés, el tinto Alma Sana, a base de las variedades bonicaire y tempranillo procedentes de cepas viejas y con fermentación alcohólica con sus hollejos en tinos de roble, su maloláctica también en madera y una posterior crianza en barrica. El resultado es un vino frutal y balsámico al paladar, ligero (característica de la bonicaire) y de una acidez equilibrada. Comparte nombre un orange wine (o vino naranja) a base de la variedad blanca tortosí, sorprendente. Este se elabora a la antigua usanza, y es que realmente en la antigüedad todos los vinos blancos eran vinos naranja, dado que no existían los modernos sistemas para separar los mostos de sus hollejos. Así, las uvas blancas se pisaban o prensaban y permanecían con sus hollejos, transmitiéndoles cuerpo, floralidad en aromas, balsámicos…, acababan por convertirse en blancos con alma de tintos. Hoy por hoy son tendencia, en la actualidad se está recuperando la vieja tradición uniéndola a conceptos como sostenibilidad, mínima intervención, fermentación espontánea con levaduras indígenas, viticultura ecológica… El orange wine Alma Sana realiza su fermentación junto a sus hollejos emn tinos de roble, también la maloláctica y a todo esto se le añaden tres meses de crianza en barricas nuevas. El resultado es sensacional. Aunque la bodega se puede visitar, también tiene una tienda en línea para que te lleven los vinos a casa: www.tonibeneito.com