Esta es una Navidad en la que no queda otro remedio que adaptarse a la realidad que vivimos. Celebrar es uno de los aspectos principales de este tiempo, pero toca hacerlo con las debidas precauciones. El restaurante Granja Santa Creu, sito en San Antonio de Benagéber, ha sido destino tradicional para las celebraciones de empresa y nada menos que desde 1972. Ahora propone dos modos de concretar la celebración, bien llevando los menús a las instalaciones o espacios escogidos por las empresas, o bien en los diversos comedores de Granja Santa Creu, independientes unos de otros y con las consabidas restricciones de disposición de mesas y comensales y aforos. Se han elaborado nueve menús diferentes para que se pueda elegir el que más se adapte, tres de degustación y seis clásicos. Están disponibles en: www.granjasantacreu.com/grupos-navidad/ y si no, al teléfono 96 274 00 56.
Templo valenciano de la paella y el arroz
Anselmo Barrón, alma mater de este restaurante, afirma rotundo que cada comensal tiene su paella, bien sea en el comedor o en su servicio ‘para llevar’. Las puertas del restaurante bullen de clientela cuando se acerca la hora de comer durante los fines de semana y festivos. Los encargos son telefónicos, y en el área de los paelleros la actividad es febril, son decenas las paellas que se cocinan a un tiempo, todas con su nombre y apellidos. Anselmo puntualiza que confía plenamente en la prestigiosa variedad de arroz bomba, adquiriéndolo en los mejores molinos de la marjal valenciana. Estuve hace pocas semanas, reduje lo marchado a la oferta de su menú de mediodía servido en una mesa impecable: vestida y con cubertería, cristalería y vajilla cuidadas. Empezamos con un Twister crujiente de Langostino, la Tosta de Sardinas con guacamole y el Bocadito de calabacín, queso cabra y crujiente de cecina; de principal Paella de Confit de Pato…, y a leña. A los postres un LA Mousse de Manzana y Canela. La carta incluye un sinfín de entrantes creativos basados en productos del agro valenciano, verdura y hortalizas. Abre capítulo aparte para las carnes y pescados, como lubinas salvajes, rape y corvinas o merluza de pincho. La bodega es muy completa, haciendo especial hincapié en los grandes vinos valencianos. Es de agradecer los precios contenidos de estos, en los que parece solo sumar el descorche. Buen servicio de sala, muy profesional y atendiendo a la máxima: ‘ser servicial sin ser servil’.