La amplitud de su viñedo conforma cinco destinos diferenciados
La ancestral tradición vitivinícola valenciana está ahora al alcance de todos tras la creación de Valencia Ruta del Vino, una oferta de turismo del vino con la que ahora es posible descubrir la labor de bodegas, los paisajes donde prosperan sus viñedos, la cultura y arquitectura de su entorno e indudablemente la gastronomía local. Los viñedos valencianos tienen presencia en buena parte de las comarcas de la provincia, estos se agrupan por las características geográficas, de clima y propias de las variedades de uva cultivadas en los siguientes territorios: Alto Turia y Valentino, Moscatel, Clariano y Terres dels Alforins; a estos hay que añadir la propia ciudad de València, sede de la DOP Valencia y con una amplia oferta de actividades relacionadas con sus vinos.
Descubre Valencia entre viñedos
Es obvio que la geografía de la provincia de Valencia condiciona los vinos elaborados, sus territorios poseen una identidad propia. Las variedades locales y la diversidad de condiciones climáticas permiten que el abanico de vinos sea realmente diverso. Así, Alto Turia y Valentino situadas en la parte norte y del interior de la provincia, en las comarcas de los Serranos y Camp de Túria, tiene como protagonista los vinos blancos de merseguera y macabeo, cuyas viñas llegan a cultivarse a más de 1.100 metros de altura en un entorno natural declarado reserva de la biosfera. En cotas más bajas se elaboran vinos de la variedad blanca planta fina y tintos con variedades más comunes, como la tempranillo, garnacha o cabernet sauvignon.
La planicie que rodea la ciudad de València con el eje vertebrador del río Turía, se encuentra salpicada de pequeñas elevaciones y colinas sobre las que se desparraman los viñedos de Moscatel , a los que les llegan e influencian en su carácter las brisas del Mediterráneo. Estas tienen especial predicamento en los municipios de Cheste, Godelleta, Chiva o Turís. Además de los vinos secos elaborados con la variedad, se suma la extraordinaria mistela de moscatel, todo un referente en las costumbres gastronómicas de los valencianos.
Un poco más al sur, e internándonos en el interior montañoso de las comarcas centrales de la Vall d´Albaida y La Costera, se encuentran los territorios de Clariano. Paisaje de contrastes, geografía abrupta y pintoresca, profunda herencia cultural entre la que destaca su pasado morisco, tierra de artistas con una profusa oferta museística, buena red de rutas para la práctica del senderismo y la bicicleta de montaña. Sus vinos son ideales para el disfrute de su recetario tradicional local; a tener en cuenta que posee importantes hitos de la culinaria valenciana. Destaca en los últimos tiempos los vinos elaborados con la vid recuperada bonicaire.
El viñedo valenciano más meridional corresponde a Terres dels Alforins, parangón del paisaje mediterráneo del vino y herederos de las primeras tradiciones de la viticultura en la península (visitar el poblado ibérico de Les Alcusses del siglo IV a.C.). Vides, olivos y extensos campos de cereal se arremolinan entorno a viejos caserones en los que en su subsuelo se abren galerías y cavas donde los productos de la tierra se almacenaban y en especial los vinos hallaban su camino de perfección. La variedad monastrell pertenece a su legado, así como la extraordinaria y genuina mandó, entre otras.
Finalmente, formando parte de las propuestas está València ciudad, y no solo por ser la sede oficial de la denominación de origen de sus vinos, sino por el importante patrimonio arquitectónico y cultural (en el del vino, imprescindible la visita al celler medieval de Proava, sito en el barrio del Carmen). Luego, la oferta de enotecas y restaurantes especializados en los maridajes de vinos valencianos a la hora del yantar completan la oferta. Todas las posibilidades para el disfrute de esta ruta pueden conocerse en: www.valenciarutadelvino.es