Los arroces en llanda se cocinan en el restobar del Cabañal
Chema Ferrer
El Cabañal tiene en Líndala Restobar un espacio hostelero único, probablemente la apuesta más sugerente del grupo de restauración Vicios Food. Allí se respira puro mediterráneo, la luminosidad de sus salas y comedores, el jardín interior, la cuidada decoración que no renuncia en ningún momento al estilo del barrio marinero que la circunda. Sus cocinas presentan una gastronomía que fusiona lo mejor de la cocina valenciana y mediterránea en un horario que abarca los diversos momentos de comer o simplemente de solaz: desayuno, almuerzo, comidas, meriendas, té, aperitivo, cenas y copas…

Arroz de monte en llanda.
La carta dispone de diversos apartados para poder atender cada momento, de modo que se puede disfrutar de una buena oferta de tapas, de la que cabe destacar el Buñuelo de Chipirones en su tinta o el Mollete de Calamares, entre la oferta de raciones la original Coca Nikkei de Atún marinado o las Albóndigas Thai. De los principales: Panceta a la brasa con Parmentier ahumado y Setas o la sorpresiva Lubina a la Carbonara vegetal. Completan las propuestas un sólido apartado de cocina vegana. Y no me quiero dejar en el tintero uno de los platos más sorprendentes es la Fondue de Queso en Calabaza Asada, que se presenta en la mesa acompañada de tacos de solomillo cerdo rustido, patatas asadas y diversas verduras. Un acierto.
Los arroces en llanda
La cocina del arroz es importante en Líndala, cereales amparados siempre por la DO Valencia, arroces que se cocinan de inicio a fin antes del servicio. Buena prueba de su cultura arrocera es que los incluyen en su menú de mediodía, de martes a viernes y por 15,50€, se presentan o bien caldosos o secos y cocinados en ‘llanda’. Esta última es una técnica en la que se utiliza la tradicional lata valenciana para cocinar al horno, en este caso, el condumio arrocero se cuece en ella haciendo una versión renovada del arroz al horno. El bautizado como Arroz del Monte se acompaña de secreto ibérico y boletus y el de Mar con gambones, chipirones y un sorpresivo toque de mojo verde que hay que ver cómo casa con la cocina marinera. Los entrantes van a centro de mesa, y encontramos desde el Salpicón de marisco con aliño limón y pistacho, una Tempura de verduras con emulsión de kimchee y lima o las Albóndigas Thai con crujiente de patata, estos van variando semana a semana. Termino recomendando las tardes en su jardín interior, ahora en cuanto lleguen los calores, su oferta coctelera es más que recomendable.
Recordar que el restaurante lleva adelante la celebración de eventos, su entorno singular da para ello.

Fondue en calabaza asada.