Chema Ferrer
La alemana gewürztraminer es la uva aromática por excelencia, oriunda de Alsacia y de la cuenca del Mosela. Probablemente, ya se cultivaba en esa región en época romana y conectó vínicamente el norte y el sur de Europa. No en vano, lo de traminer deriva de la palabra latina terminus, que significa límite o frontera, como la representada por los Alpes o el Rin donde se cultiva, mientras que gewürz significa aromático, haciendo honor a su potencial en aromas tropicales y a flores muy contrastadas. En España su cultivo es bastante minoritario, es una uva resistente que prefiere el frío y sus viñas prosperan correctamente en tierras de interior y con cierta altura. El resultado son vinos frescos y muy aromáticos y con la variedad se preparan también excelentes vinos de postre, como sucede en Marsilea con el trabajo realizado con el nuevo vino Blanquet, un gewürztraminer de postre elaborado con una base de uva sometida a la podredumbre noble.
Sinarcas vio nacer Bodegas Marsilea de la mano del enólogo Sebastián Mancebo Hernández hace ya más de dos décadas. El viñedo propio de la bodega fue pionero en cultivar e investigar el resultado de ciertas variedades foráneas de prestigio, como la alemana gewürztraminer o la syrah, además de subirse tempranamente al carro de los que ya trabajaban la bobal con el objetivo de embotellar vinos de calidad y personalidad diferenciada siempre sometidos a las exigencias de la agricultura ecológica.