La calidad de Vinyes Velles impulsan la demanda de vinos de la bodega
La bodega Sant Pere de Moixent encarna la revolución de las cooperativas de vinos en la búsqueda de una identidad propia y adecuada a las exigencias del mercado en este IIIer. Milenio. El concepto del cooperativismo en la producción de vinos se inició en Francia tras el auge de la producción vitícola tras la plaga de la filoxera a finales del XIX. A España también llegó, arraigando con fuerza en la década de los cincuenta del pasado siglo. Esencialmente, estas estructuras de explotación de la bodega tenían dos misiones, la elaboración comunal del vino por parte de los agricultores con la consiguiente reducción de costes y homogeneización de la calidad y por otra parte la comercialización conjunta. La ventaja más importante para el agricultor era la mayor remuneración de la producción de su viñedo. Pero no todo fueron alegrías, los precios del vino cayeron, sobre todo los graneles, el consumo de vino embotellado decreció al tiempo que la exigencia de calidad de los consumidores era cada vez mayor (cosa que estaba reñida con producir la mayor cantidad de kilos de uva por viña).
Había soluciones, como la exportación o la implementación de estructuras en la bodega que permitieran abrir nuevos canales de comercialización y parejo a ello la mejora de los vinos producidos, una labor que debía hacerse desde la cepa. La Cooperativa Sant Pere de Moixent inició un duro camino en solitario, confiada en el esfuerzo del agricultor y apoyada en la producción de sus excepcionales aceites de oliva (su sección de almazara produce el prestigioso AOVE Pagos del Guerrer). La bodega posee un extraordinario patrimonio de depósitos de hormigón y con ellos se empezó a hacer un gran trabajo. Y así se llegó a una nueva etapa que se abrió en 2017, más de sesenta años después de su fundación.
Les vinyes velles
A los dos vinos de la bodega, el blanco Sant Pere a base de macabeo y malvasía y el tinto Sant Pere con un ensamblaje de tempranillo, monastrell y merlot se le unieron los blanco y tinto subtitulados como ‘Vinyes Velles’, vinos procedentes de los bancales con cepas de más edad, con otras variedades ensambladas. Son vinos de mucha más enjundia, aunque el procedimiento es el mismo: vendimiado a mano, despalillado total, fermentaciones en los depósitos de hormigón con levaduras autóctonas, crianza en hormigón y barrica… El blanco une las variedades Pedro Ximénez, macabeo y malvasía, pasa ocho meses en depósitos de hormigón excepto una parte del Pedro Ximénez que fermenta y se cría en barricas de roble americano. El tinto une monastrell y cariñena y pasa ocho meses en los depósitos. A tener en cuenta.
Los aceites y vinos de Sant Pere están disponibles en su tienda en línea: https://coopmoixent.com/