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 In Restaurantes
Bar Marvi, un gallego en Valencia

Sorprendente enclave gastronómico en el barrio de Algirós

Hace ya algunos años que el carismático Tino Fernández Matarazzo regentando el Bar Marvi entró en la actualidad de las cosas del Comer y Beber de este periódico. Lo hizo a principios de la década con el concurso de coctelería que organizábamos, el Bartender del Mediterráneo. Sí, sus gintonics eran de tronío y llegó a ser finalista en todas las ediciones a las que se presentaba. Al mismo tiempo, imprimía a su modesto bar-restaurante de la calle Santos Justo y Pastor de Valencia un nuevo ímpetu a la hora de presentar almuerzos y sobre todo una suerte de entrantes y raciones donde siempre primaban dos cosas: producto de primera y mano izquierda. Por aquel época, siempre tenía la colaboración de su infatigable madre (hoy ya jubilada) a la que supongo que marearía más de un día con todas sus innovaciones. En todo este tiempo Tino ha demostrado su buen hacer en distintos concursos, ganándolos o, como ha sucedido esta misma semana con el de Guardamar del Segura, quedándose en segundo lugar. Este último trataba de la cocina del langostino y la ñora; espero que tenga a bien el servir el plato subcampeón a partir de esta semana. Pero a lo que vamos, siempre confiado en el producto de calidad, Tino ya hace tiempo que depositó su confianza en las cervezas artesanales de Tyris, la cervecera de Valencia. En concreto escoge la Tyris Original por ser la más popular y de fácil y refrescante trago. Luego, la Tyris IPA, una cerveza de acusada personalidad (amargos y lupulada) que va de maravilla para acompañar la contundencia de sus almuerzos.

Bar Marvi ha sido destacado en muchas ocasiones por sus tapas y almuerzos y es un lugar reconocido y consolidado. Desde primera hora de la mañana los mostradores comienzan a llenarse de propuestas típicas valencianas, es llegar y almorzar, nada de esperar. El almuerzo popular arranca con 5,50 €, incluyendo bocadillo, bebida, cacao y olivas y café. Revueltos de hortalizas y chacinas, embutidos de la famosa carnicería Toribio de Chirivella, de Teruel traen chistorras y longaniza fresca, el ‘esgarraet’, mojamas y anchoas. Para todo esto hay una carta específica de bocadillos, donde triunfan el chivito y la brascada, pero también un bocadillo bautizado como Rincón de la Talega a base de chorizo fresco asado, queso, huevo, patatas fritas y all i oli, creación de Santi Martinez, propietario de la casa rural del mismo nombre enclavada en los Montes Universales de Teruel. Si se decide almorzar en plato, que no falte ni la oreja ni el pulpo. Antes de terminar, hay que recordar que sus quemaditos de ron son impecables. Lo tuvo fácil, ya que se erige en un maestro de su hermana mayor, la queimada.

 

Más allá del almuerzo

El dinamismo que Tino imprime a su cocina hace que periódicamente lleve adelante propuestas distintas, según la época del año o simplemente aprovechando cualquier efeméride gastronómica. El principal de todos, el que se lleva la palma, es el Día del Pote gallego. Se centra en los jueves y doy fe que el condumio nada tiene que envidiar a los que a uno le puedan servir en Sarria o Lalín: berzas y grelos (de su propio huerto), nabos, cachelos y, obviamente, lacón y chorizos traídos de Galicia. Para este condumio hay que esperar al próximo invierno, poco antes de carnavales. Mientras tanto, iremos a almorzar.

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