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El obrador artesano del restaurante elabora las masas frescas a la antigua usanza

Chema Ferrer

La pizza es seguramente una de las creaciones culinarias italianas más queridas, conocidas y difundidas. Su variedad más básica, la pizza Margarita, fue creada en Nápoles, y se elabora con pocos ingredientes, aunque siempre han de ser de calidad: masa con levadura natural, estirada e hilada en círculo, cubierta con tomates San Marzano (conocidos como pendolino), mozzarella de búfala, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y horneado perfecto. Un relato popular data la invención de la pizza Margarita en 1889, cuando un pizzero napolitano llamado Raffaele Espósito, que quería honrar la visita a Nápoles de la reina Margarita de Saboya y su esposo el rey Umberto I, decidió crear una pizza con ingredientes que representaran los colores de la bandera italiana: rojo (tomates), blanco (mozzarella) y verde (albahaca). Esta receta legendaria y por supuesto con la calidad y genuinidad de sus ingredientes, se viene elaborando en Valencia en el restaurante de cocina italiana Al Pomodoro, todo un clásico en la ciudad, ya que abrió sus puertas en 1998 en la calle del Mar, frente al palacio de los Valeriola. Y ahí sigue. Los responsables son el grupo Vicios Food, que poseen otros restaurantes de calidad en la ciudad.

Huelga decir que el plato estrella del restaurante son las pizzas, hay 24 entre las cuales elegir y todas ellas recogen la tradición italiana y, obviamente, sus productos. Las harinas utilizadas para la masa son del Molino Il mio Sacco, de la localidad de Mantua, la mozarella que utilizan es de leche de búffala DOP Campania y todo el tomate utilizado, en cualquiera de sus salsas, es de la variedad pendolino.

Tortelloni de pasta fresca.

La pasta fresca

El restaurante tiene personalidad propia, tanto por la decoración, como por el mobiliario y vajilla, no falta detalle. Lo mismo sucede con el personal de sala, hace que uno se sienta en casa, y prueba de ello es la clientela fiel que disfruta de su cocina; me cuenta Laura Motolesse, su alma mater, que cuando hay que cambiar alguna cosa de la carta se produce un drama gastronómico entre la clientela, ya que son muchos los que luego añoran platos que ya no se pueden degustar…, y que con el tiempo hay que devolver a la carta para contentarlos.

La pasta fresca es otro de los puntales de su cocina, hecha en su obrador y dispuesta, ejemplos recomendables: el Tortelloni Rústico, rellenos de requesón, jamón y espinacas y recubiertos con salsa de gorgonzola y nueces o los Rigatoni Gorgo e Tartufo, con guanciale, gorgonzola, trufa, nata…

Para los que no lo conozcan, preparan el cascione fritto, muy típico en el sur de Italia; una suerte de mini calzone frito con diversos rellenos, como el Cascione fiarello, relleno de mozzarella, longaniza italiana y grelos o el Cascione diavolo, relleno de mozzarella, longaniza, salami picante y nduja (sobrasada picante).

La carta de vinos posee una buena representación de referencias italianas, aunque si uno es más de cerveza también tienen una buena bodega de ellas, un abanico perfecto para generar armonías con los platos servidos.

Dispone de menú del día, Il Nostro Menú (de degustación) y como curiosidad tienen deliciosas propuestas sin gluten. ¡Ah! Se me olvidaba, en los postres no lo duden, pidan el Canolo siciliano, es perfecto.

Canolo siciliano.

Tel. 963 914 800
UBICACIÓN:
C/ del Mar 22
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