Entrevista a los bodegueros Óscar y Marina Mestre
“Hay que humanizar el vino, de manera que el consumidor sepa valorarlo en su totalidad”
Entre los productores de vinos de la comarca de la Marina en Alicante destacan las Bodegas Riko Xaló, que recientemente ha puesto en el mercado vinos de destacada frescura y mediterraneidad con variedades autóctonas. La cuarta generación de esta familia vinatera ya se halla al frente de la bodega con los enólogos Óscar y Marina Mestre.
Chema Ferrer
Hasta llegar aquí, Riko Xaló ha recorrido un largo camino…
La historia de nuestra bodega arranca cuando mi bisabuelo vuelve de Argentina a Xaló en 1921. Hasta allí habían ido tras el paso devastador de la filoxera por España, conocían bien el trabajo de la viña. Pasado el tiempo, vendió sus propiedades y con ese capital fue con lo que pudo fundar una bodega y comprar tierras en Xalò para dedicarlas a la viticultura. La bodega recaló finalmente en este edificio histórico donde estamos ahora, tiene más de dos siglos y perteneció a la duquesa de Almodóvar. En aquel tiempo la bodega producía vino a granel fundamentalmente y algo en venta directa a hostelería y al turista siempre interesado por los productos autóctonos. En el año 2018, incorporado ya el trabajo de mi hermana Marina y mío en la bodega, comenzamos a embotellar.
Ahora que la bodega lleva ya un lustro embotellando vinos, supongo que habrá aumentado la exigencia sobre la viñedo…
Yo estudiaba biotecnología y mi hermana es psicóloga, fue un punto y aparte. Vimos la realidad de lo que podía ser la bodega, de su proyección, y así decidimos irnos a Tarragona a estudiar enología. El trabajo para elaborar un buen vino comienza en el viñedo, sí, esa ha sido una de las bazas para elaborar vinos de calidad y con carácter diferenciado, tenemos parcelas nuestras heredadas, pero también otras arrendadas en las que podemos poner en práctica sobre las plantas la filosofía de Riko Xaló. Aquí es difícil comprar viñedos, se le tiene mucho respeto a la tierra y las familias no suelen desprenderse de la viña. Arrendarlas ha sido la solución.
¿Qué variedades son las principales con las que vinificáis?
La moscatel de Alejandría siempre ha sido la principal, elaborando vinos dulces, mistelas e incluso vermut. Luego tenemos la giró, llegada de tierras mallorquinas hace ya más de tres siglos, macabeo, bobal…, pero también estamos recuperando otra variedades antiguas, como las garnachas blancas, trepadell o la forcallat. Con ellas elaboramos vinos ensamblados o pequeñas producciones monovarietales. Con ellas hemos empezado por hacer lo que se denomina vinos de autor, con pequeñas producciones muy cuidadas y con lo visto será con lo que proyectaremos vinos más definidos y con mayor producción. Recuerdo que la inercia era ponerles a los vinos precios muy económicos, por debajo de su coste, y ese no era el camino, había que creer realmente en un trabajo bien hecho, y que se ofreciera a un precio justo. Los clientes nos han dado la razón, añada tras añada las existencias se agotan, reconocen la calidad. Entre las diferentes referencias alcanzaremos pronto las 20.000 botellas comercializadas que se pueden encontrar en distribuidoras de prestigio, como Bodegas Santander de Valencia o Campoluz en Alicante, entre otras. Algunas de ellas son los Óscar Mestre (trepadell, giró o moscatel), El Tassolet de Xaló o La Passió.
¿Qué proyectos tenéis para el futuro?
Bien, en cierto modo ya son una realidad, además de los vinos de calidad embotellados, más frescos y más expresivos, estaba el reto del enoturismo. Lo que pretendemos es a través de las visitas llevarlos al campo y que conozcan el carácter y naturaleza de cada tipo de las variedades de viñedo, de como estamos trabajando y cómo influye el trabajo en ecológico en el resultado final del vino. Luego en la bodega, a través del proceso de elaboración, conocer las razones de cada método para la obtención de un resultado final concreto; por ejemplo, el uso de una barrica o una tinaja de barro, las maduraciones y crianzas…, y finalmente la degustación y cata. En definitiva, humanizar el vino y hacerlo reconocible ante el consumidor, bien en casa o en un restaurante.
Avda Pla de la Sèquia, 33. Xaló