La cocina de Umai se ha convertido en un referente de la cocina clásica nipona
Chema Ferrer
No hace falta estar en Benidorm para disfrutar de Benidorm, y afirmo esto porque ahora en verano somos muchos los que por una razón u otra pasamos por la Costa Blanca. Y es que a Benidorm, por la autopista, se llega en un plis-plas. Pues bien, un bañito en alguna de sus playas y luego a disfrutar de Umai, el restaurante japonés del hotel Belroy, a tiro de piedra de la arena. Me acompañó el valenciano Carlos Pamblanco y Arazo, a la sazón director de marketing, hizo de cicerone ante la amplia carta del restaurante. Este resulta íntimo, aún con su decoración estilo Okinawa, más conocida como ikigai, y pone énfasis en una cocina japonesa original, sin trampantojos y sin dejarse fuera de la carta nada de lo fundamental. Pongo énfasis en los detalles, porque toda la vajilla y la cubertería son auténticas y estéticamente agradables.
Sentados ya y ante la carta, entiendo que lo más práctico es pedirse un moriawase de algunos de los estilos o pescados, lo que aquí traduciríamos como un variadito, y es la manera más práctica de adentrarse en su cocina, eso si, haciéndose servir previamente la Ensalada Wakame y la Sopa Miso, esta última fundamental para reconocer si el japo es bueno; pues sí, el fondo dashi es perfecto. El moriawase escogido fue el de sashimi otras de las pruebas de fuego para conocer la calidad de los pescados. Este combinaba cinco tipos de frutos del mar:: salmón, atún, vieira, hamachi y pez mantequilla.
Yakitori de pollo.
Las brochetas yakitori
El yakitori es probablemente el aspecto más traducible de la cocina japonesa para nuestra cultura. A todo el mundo le encantan los pinchitos, desde los morunos, pasando por las brochetas y hasta llegar a los puramente veguis que se han puesto tan de moda. La cuestión es que la cultura del yakitori está extendida por toda Asia Oriental, teniendo a Japón como su cuna principal. Allí hay muchos pequeños bares que los cocinan ante el público y los sirven con cervezas, y también en la mayoría de las izakaya, pubs de estilo japonés donde los cocinan con profusión. En Umai sirven los clásicos de pollo, pero también de atún, langostinos, salmón o verduras…, y todos ellos con su salsa, tocados de sésamo blanco y negro y coronados de germinado de alfalfa y cebolleta. Todos resultan con sabores suculentos, bien rustidos y con un agradable deje ahumado. Fundamental, informarse sobre los sakes de su carta y hacerse acompañar lo servido con alguno de ellos. Sí con un postre que creo que es la única licencia que se han dado a la creatividad, se llama Sabores de Japón y está hecho a base de galleta de matcha, compota de mango, fruta de la pasión, mus de yuzu, coco y pistacho acompañado de un helado de sésamo negro. El helado de sésamo negro un descubrimiento, sí.
Hay diversos menús, para el que no quiera complicarse e importante, el restaurante prepara platos para llevar y hay servicio de catering para eventos.
Postre Sabor de Japón.